27 de noviembre de 2010

Mar robalicera


Esta mañana había puesto del despertador temprano para pillar la marea de la mañana, pero cuando abrí la ventana y vi la que estaba cayendo me di la vuelta y me metí otra vez en la cama.


La mañana siguió igual de fea, lloviendo y haciendo frío, pero llegando el medio día empezó a despejar y empezó a entrarme el gusanillo de haber dejado algo sin hacer. Así que después de atender a los perros y hacer algunas cosas de casa, metí la caña, el vadeador y unos señuelos y me encamine a Cudillero.


La mar estaba perfecta, tanto para la lubina como para el sargo. Me arrepentí de no haber metido la caña de boya, el cubo de macizo y unas gambas, porque creo que hoy habría salido alguno. Después de probar con un Daiwa de 17cm, me pase a los jigs, ya que el viento, las olas rompiendo y la caña que había llevado me hacían imposible poner el señuelo donde yo quería. Con estos ya era otra cosa, cada vez me gusta mas este tipo de pesca, ya que cuando el mar esta fuerte puede poner tu jigs detrás de la segunda o tercera ola sin demasiado esfuerzo.



Entre toda esta espuma tenia que haber alguna acechando a un desprevenido pececillo que le pasase por delante para engullirlo, así que intente que ese pececillo fuese mi señuelo. Después de unos lances, de cambiar la muestra, de que me pillasen un par de olas y de cambiar de puesta unas cuantas veces di con ellas o con el jig que les gusto.



La primera picada me pillo de sorpresa y ya casi en la orilla, con el freno bien regulado me saco unos cuantos metros, esta tenia que ser de 2 kilos por lo menos, como tiraba, y cuando conseguí sacarla me lleve la sorpresa, seria de 500gr pero como peleaba la condenada, entre eso y que venia enganchada por el opérculo y ejercía mas resistencia al agua parecía que era un bicho mayor, así que por donde se vino se fue.
Seguí en el mismo sitio y tres lances después tube otra picada, esta tiraba mas, aunque viendo como había sido la anterior no me hacia muchas ilusiones, la acerque sin apurarla para que si no era grande no dañarla demasiado y este fue el resultado.


Estaba claro que tenían hambre, pero yo buscaba a la mama de estas dos así que como la puesta me estaba dando buen resultado no me moví de ella y empecé a lanzar en abanico y como dicen....no hay dos sin tres, así que unos lances después salio esta otra.


Las segunda y la tercera daban la talla, aunque preferí dejarlas nadando a ver si con un poco de suerte el siguiente que las pesque hace lo mismo y nos dan una alegría en el plato llegando a ser de las de 5 kilos.

Después probé un poco en dentro del puerto con unos Raglous, ya que a veces Cudillero da sorpresas, pero no hubo picada, así que después de meterme al cuerpo un sandwich me fui para casa habiendo pasado unas horas divertidas pescando.

Hasta la próxima.


4 comentarios:

  1. Buena jornada,felicidades por las capturas. Todo un jesto por tu parte soltar las piezas que dan la talla (dice mucho del pescador) opino que es importante hacerlo aunque muchos no lo entindan.

    Un saludo.

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  2. Se que no sirve de mucho, después llegará un barco que pescará un ciento de ellas u otro pescador que las metera pa la saca, pero si entre todos los que pescamos cada vez que vamos a pescar soltasemos algo dentro de unos años podremos seguir divirtiendonos con nuestra afición, sino lo veo dificil. No cabe duda que una lubina salvaje en al plato poco la puede superar, pero los dos minutos desde que pica hasta que la sacas del agua tampoco, así que me quedo con lo segundo.

    Un saludo.

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  3. Buena jornada ... que envidia.

    A ver cuando vamos en kayak a buscar la cena de nochebuena jajaja

    Salu2

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  4. Eso esta hecho, pero intentando no bañarnos al entrar o al salir,que con este tiempo....A ver como esta el fin de semana que viene.

    Un saludo.

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